martes, febrero 20, 2007

El Perú se ha vuelto más vulnerable por la perturbación mundial del clima

La Amazonia representa las dos terceras partes del territorio peruano y casi un 75% de ella está amenazado por una serie de graves problemas, como la deforestación de más de nueve millones de hectáreas, elevada contaminación de sus aguas por actividades como la extracción de petróleo y oro, el procesamiento de cocaína, y actividades urbanas.

A estas amenazas se suman la pérdida de diversidad biológica, principalmente en la ceja de selva, y la tala de bosques por extracción selectiva de maderas valiosas, relató Jorge Benites Agüero, coordinador del proyecto GEF Amazonas OTCA/PNUMA/OEA-Inrena.

Explicó que la vulnerabilidad del Perú ante el cambio climático se ha evidenciado a través de los años. "El problema ha sido tema de estudios e informes, que abarcan desde el retroceso de los glaciares hasta los efectos del fenómeno El Niño en la salud, la agricultura, el transporte, la infraestructura, entre otros", añadió. Tras señalar que el abastecimiento de agua de muchas ciudades del Perú está relacionado con la provisión de agua por los nevados, hizo notar que entre los glaciares tropicales del mundo los peruanos son los más altos.

Se estima que en 1997 los glaciares del Perú cubrían 1.595,6 kilómetros cuadrados. Al comparar imágenes satelitales, en un período de 27 a 35 años, la superficie total de glaciares en el Perú se redujo 22%. "El proceso de desglaciación andina es relevante no solo por el retroceso de los frentes glaciares, sino porque promueve la formación de lagunas y glaciares colgados, los cuales en algunas ocasiones han producido aluviones de graves consecuencias", explicó.

Desde 1962 han disminuido las superficies de los glaciares hasta en 80% en cordilleras pequeñas, como Huagoruncho, Huaytapallana, Raura Cordillera Central, entre otras. "La hipótesis es que si se mantienen las condiciones climáticas actuales, los glaciares con áreas comparativamente pequeñas ubicados debajo de los 5.500 m.s.n.m desaparecerán antes del 2015", advirtió Benites. Comentó, también, que El Niño forma parte de la dinámica global del clima, a diferencia del cambio climático, pero sus efectos pueden servir como
aproximación de los futuros efectos del cambio climático.

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