viernes, octubre 21, 2005

El suelo


Desde el enfoque ecológico el suelo es la capa superior de la corteza terrestre que es producto de la meteorización (clima) sobre la roca madre, dando lugar a una combinación de materiales, soluciones y aire que permiten la existencia del edafón (micro fauna y micro flora) que a su vez desarrolla una sinergia muy activa, permitiendo la implantación de plantas mayores.

Si hiciéramos un corte vertical a cualquier suelo, podemos diferenciar siempre una parte sólida, una parte líquida y una gaseosa. La parte sólida se halla compuesta por una serie de materiales de los cuales, algunos son partículas muy pequeñas (coloides) y otras más grandes (limo, arena, grava). El suelo se forma de la disgregación mecánica y alteración química de las rocas y genera nutrientes por la descomposición de la materia orgánica (humus). La parte sólida es el componente más abundante del suelo (50%). Entre las partículas existe un espacio que es ocupado por aire y líquidos.

La fase gaseosa esta compuesta por aire edáfico (término que utilizo para diferenciar del aire atmosférico) que presenta O2, CO2, N y vapor de agua en saturación. En el suelo hay menos O2 que en el aire y más CO2 debido a los procesos que tienen lugar en él, y que implican el consumo de O2 y el desprendimiento de CO2, por parte de los organismos del suelo: plantas que respiran, actividad de microorganismos, procesos de mineralización y procesos de oxidación. El aire edáfico está en continuo intercambio con el aire atmosférico y gracias a esta constante renovación la atmósfera del suelo no se vuelve irrespirable.

La fase líquida del suelo está constituida por el agua y las soluciones del suelo. El agua procede de la atmósfera (lluvia, nieve, granizo, humedad atmosférica, infiltraciones laterales, capas freáticas etc.), Las soluciones del suelo son resultado de la alteración de los minerales y de la materia orgánica. El agua interviene tanto en la meteorización física y química, y translocación de sustancias como en la fertilidad del suelo. Si sabemos que "donde no hay agua, no hay vida" podemos decir que "donde no hay agua, no hay suelos".La fase líquida circula a través del espacio poroso, queda retenida en los huecos del suelo y está en constante competencia con la fase gaseosa. La proporción de estas dos fases varía a lo largo del tiempo a causa del aumento o disminución de las precipitaciones, así al aumentar la fase líquida disminuye la gaseosa y viceversa, de forma que la suma de las dos es siempre el volumen constante que deja libre la fase sólida. En condiciones ideales el suelo tiene una conformación de 50% para fase sólida, un 25% para fase gaseosa y un 25% para fase líquida.

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