El Reino Unido ha elaborado un ambicioso proyecto para reducir en 60% sus emisiones de dióxido de carbono para el año 2050. El mensaje es claro: el mundo debe tomar medidas para enfrentar el problema
Por Angela Singleton, London Press Service
EL CAMBIO climático es uno de los mayores retos mediambientales a los que se enfrenta el mundo en la actualidad. El aumento de la temperatura del planeta provocará cambies en las pautas climatológicas, la subida del nivel del mar y una mayor frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos.
La mayoría de los científicos coincide en que las temperaturas aumentarán a lo largo del siglo entre dos y seis grados centígrados, a consecuencia principalmente del dióxido de carbono que se emite con la quema de combustibles fósiles para el transporte y la generación de energía. Este fenómeno pone en peligro la vida de millones de personas ante la posibilidad de sufrir inundaciones y hambrunas.
E l calentamiento de la tierra constituye un desafío para las empresas, los entes públicos y los mismos ciudadanos. Para reducir e invertir el calentamiento del planeta es imprescindible restringir el consumo de combustibles que emiten dióxido de carbono(CO2).
Desde que los científico del British Antarctic Survey descubrieron el agujero de la capa de ozono, el Gobierno británico sa ha tomado bien en serio la amenaza que supone el calentamiento admosférico. En 1997, Gran Bretania se adhirío al Protocolo de Kyoto, según el cual se obliga a los países desarrollados a reducir las emisiones de seis de los prinsipales gases de efecto invernadero, entre los que se encuentra el CO2.
En 1999, el Protocolo de Kyoto fue ratificado por 141 países; aunque Estados Unidos se negó a adherirce. Algunos países en vías de desarrollo, como la India y China, hanfirmado el protocolo, aunque están exentos de la obligación de reducir sus emisiones de dióxido de carbono, a pesar de la magnitud de sus poblaciones.
El Reino Unido ha fijado sus objetivos nacionales de la reducción del 20% de las emisiones de CO2 con respecto a los niveles de 1990 para el año 2010, así como una reducción del 12,5% de las emisiones de otros gases de efecto invernadero. Ambos objetivos superan con creces los porsentajes acordados en Kyoto.
En un nuevo borrador de proyectos de ley sobre el cambieo climático, el Gobierno británico acaba de anunciar un ambicioso plan para reducir en un 60% sus emisiones de dióxido de carbono para el año 2050, una cifra que lo coloca a la vanguardia mundial. La nueva ley, de ser aprobada por el parlamento, obligaría a los futuros gobiernos da la neción a cumplir con los objetivos establecidos.
Todo organismo público o privado tendría asignado un "tope" para la emisión de dióxido de carbono y estaría obligado a emplear tecnología de baja emisión o comprar derechos de emisión en el mercado libre en caso de querer consumir más energía de la asignada.
La catedrática Julia Slingo, directora en funciones del Instituto Walker, perteneciente a la Universidad de Reading (en el sur de Inglaterra), y directora climática del Centro Nacional de Ciencias Admosféricas del Reino Unido, comentaba sobre la situación: "las pruebas científicas son hoy día incuestionables: el cambio climático es una realidad actual y lo más probable es que vaya a peor. Con esta propuesta de ley sobre el cambio climático, el Reino Unido no deja lugar a dudas en su mensaje al país y al resto del mundo: la nesecidad de tomar medidas para enfrentar al problema es ineludible".
"Además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el mundo tendrá que adaptarce al cambio climático. En Gran Bretaña, esto supondría mejorara las defensas frente a inundaciones debido al mayor riesgo de que sucedad, así como adaptr los edificios y los sistemas de transporte para soportar temperaturas muy altas. Lo que nesecitan las empresas y los entes públicos son unas previciones más seguras sobre los cambios locales y regionales en el clima y en la incidencia de fenómenos meteorológicos extremos, no ya para la década de 2050, sino para 2010 ó 2015. Estees el reto al que se enfrenta ahora la comunidad científica".
El primer ministro británico, Tony Blair, declaraba recientemente que se presenta una "gran oportunidad" para actuar en el tema del cambio climático. Tras una reunión con la canciller alemana, Angela Merkel, Blair afirmó que los líderes del G8 tenían la oportunidad de establecer un nuevo marco para cuando finalice el acuerdo de Kyoto en 2012.
En este sentido, la Administración británica encarga una amplia variedad de investigaciones científicas sobre el cambio climático y financia programas de modelización climática, así como obras sobre impactos y adaptación. Existe tambien varios programas de financiación pública para fomentar la reducciónde emisiones, como impuestos sobre el cambio climático, desgravaciones fiscales y programas de comercio de desechos energéticos, así como fundaciones, como Carbón Trust (para la reducción de las emisiones de CO2) y Energy Savyng Trust (para el ahorro energético).
La mejora de rendimiento energético ocupa un lugar fundamental en la estrategia del Gobierno, quien en abril de 2001 introdujo un impuesto sobre el cambio climático para probeedores de energía con el objetivo de fomentar entre las empresas un consumo energético más eficaz. Los fondos recaudados en función de este impuesto se destinan a medidas tales como el desarrollo de energías renovables (la producción de energía solar, eólica y de la biomasa, entre otras). El ogjetivo era que procurasen el 5% del suministro eléctrico británico para finales de 2003 y el 10% para 2010.
En 2006, el ministro de Economía Gordon Brown encargó al antiguo gran economista del Banco Mundial Sir Nocholas Stern que analizara las repercuciones económicas del cambio climático. En su informe, publicado en octubre de 2006, Stern afirmaba que el cambio climático exige una actuación urgente, pues si se demora la respuesta, su coste se miltiplicará por veinte.
Stern explicaba que el mundo debe cambiar a una "economía mundial de bajas emisiones de CO2" a través de medidas como el desarrollo de nuevas tecnologías, los impuestos, el comercio de los derechos de emisión y el incremento de las ayudas a los países en vías de desarrollo. Según el prestigioso economista, las medidas inmediatas para la reducción de las emisiones costarían actualmente un 1% anual del PIB mundial.
Por otro lado, con un plan de acción climática radical, Londres se propone convertirse en la ciudad mas verde del planeta mediante la reducción del 60% de sus emisiones de CO2 en un plazo de 20 años. El planpretende rebajar drásticamente las emisiones mediante la reducción de la demanda y el derroche en todos los ámbitos: personal, doméstico, público y privado.
Se instará a los 7,5 millones de habitantes de Londres a apagr las luces, usar bombillas de bajo consumo y no dejar ordenadores, televisoser u otros equipos en reposo (o "standby") cuando no se usen. Los Londinenses recibirán ayudasimportantes para el aislamiento de la vivienda, responsable del 40% de las emisiones de CO2.
"Londres será la primera ciudad del mundo en aplicar un plan integral para la reducción de las emisiones de díóxido de carbono", revelaba Mark Watts, asesor sobre el cambio climático del alcalde de Londres Ken Livingstone.
Las empresas y organismos municipales, responsables del 33% de las emisiones, recibiran distintivos verdes en recompensa por su méritos ecológicos. "El sector privadolleva la delantera en el tema del cambio climático con respecto al público. Las empresas privadad quieren hacer gala de su faceta ecológica", explica el asesor.
Una empresa dispuesta a fomentar su faceta verde es Virgin Fuels, una nueva visión del grupo Virgin, que dirige Sir Richard Branson, Branson a asignado 1.6000 millones de libras a hacer frente al cambio climático y promete destinar todos los beneficios de sus participantes en los negocios aéreos y ferroviarios de los próximos diez años a combatir el calentamiento del planeta. Una gran parte de la inversión se orientará a los biocombustibles, una alternativa vegetal alos carburantes deribados del petrole´.
El gobierno británico ha ordenado a las gasolineras que, para 2010, obtengan el 5% de su combustible de energías renovables. Un portavoz del gobierno lomexplicaba: "Gran Bretaña se halla a la cabeza de Europa en reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y continuaremos presionando a favor de un acuerdo internacional para controlar las emisiones mundiales a largo plazo".
El ministro británico de Medio Ambiente, David Miliband, declaraba: "Nos estamos imponiendo unos objetivos ambiciosos porque de dar ejemplo a países en vías de desarrollo como China o la India. Todos tenemos la obligación de contribuir con nuestro esfuerzo a encontrar una solución".
Una organización británica que lleva tiempo trabajando en proyectos de seguimiento de la presión de siperficie y las precipitaciones con científicos de China y la India es el Centro Hadley para el cambio climático, que forma parte de la Oficina de Meteorología del Reino Unido.
Karen Wordsworth, socia de desarrollo internacional de la Oficina de Meteorología, declaraba: "El Reino Unido ostenta una posición muy sólida frente el tema del cambio climático tanto en el terreno político como en el científico, ya que hemos procurado modelos de seguimiento se sequías en Africa y la región de la SADC (Comunidad de Desarrollo del Africa Meridional)".
"En fechas recientes hemos colaborado estrechamente con el instituto de meteorología chino. Un gran proyecto en que hemos participado consiste en un plan de prevención de inundaciones en las orillas de río Yangtse. Hemos organizado un programa de intercambio gracias al cual ya ha venido un grupo de científicos chinos a Gran Bretaña para estudiar de cerca nuestra forma de trabajar".
Wordsworth explicaba: "también en la India hemos colaborado con el servicio meteorológico en proyectos de prevención de inundaciones, así como en Sri Lanka donde hemos ayudado en la construcción de una presa. Actualmente estamos en conversaciones con el Banco Mundial para que ayude a la reconstrucción y la mitigación de las repercusiones del cambio climático en estos países".
China es el segundo emisor de gases de efecto invernadero del mundo, después de Estados Unidos. A esto se debe que el Gobierno chino dedique una atención cada vez mayor al comercio de los derechos de emisión.
Estos derechos crean un mercado orientado a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la asiganción de un valor monetario al coste de contaminar la admósfera. Con un crédito, una organización tiene derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono. Estos derechos se pueden intercambiar en mercados internacionales a precio de mercado.
China, el país donde más abundan los proyectos de derechos de emisión, acaparó el 63% de la cuota de mercado para la venta de derechos en 2006. La India ofreció el 12% de los derechos.
Recientemente se ha anunciado un acuerdo pionero por el valor de 400 millones de libras para la compra de derechos chinos para la emisión de 29,5 millones de toneladas de CO2. Gracias al acuerdo, una compañia química china podrá construir un sistema especial para la eliminación de un súper-gas de efecto invernadero, el HFC 23. Esta empresa venderá asu vez derechos de emisión a compañías como Centrica, propietaria de British Gas, con los que podrá satisfacer sus objetivos para la reducción de CO2 mientras continúa con su nivel actul de emisiones.
El banco Londinense de negocios Climate Change (www.climatechangecapital.com) se encuentra detrás del acuerdo y ha creado un fondo de inversión de 445 millones de libras destinado especialmente a planes de derechos de emisión Icecap, afirmaba que Gran Breatña abarca al rededor del 40% del mercado mundial en este sector.
La planta de eliminación de residuos domésticos Xinfeng, en Guangzhon (China), firmó recientemente un contrato con Icecap en virtud del cual la Londinense pagará unos 50 millones de dólares estadounidenses a la compañia china antes de 2012 para que ésta desarrolle sus proyectos de generación de enrgía a partir de metano. A cambio, Xinfeng entregará a Icecap los derechos de los cinco millones de toneladas de emisiones de CO2 que deberá recortar a lo largo de los próximos cinco años. Entre otros proyectos de Icecap se encuentra la captura de metano en minas de carbón de la India, Corea del Sur y Sudáfrica.
Varias asesorías especializadas en este campo se hallan también al frente de medias de alcance mundial como compensaciones de CO2 (las compensaciones más frecuentes corresponden a programas de forestación) y de huella ecológica (un indicador de la sostenibilidad medioambiental). También se especializan en otros campos, como el comercio de derechos de emisión.
Londres ha sido en 2006 la primera ciudad para el comercio internacional de derechos de emisión, que pone un precio a la emisión de gases de efecto invernadero de modo que se puedan incluir en las decisiones económicas. Según un informe del Banco Mundial, los operadores británicos han sido responsables de la compra del 43% de derechos de emisión vendidos conforme al protocolo de Kyoto.
L a energía sostenible es otro campo en que destaca el Reino Unido y así lo demuestran compañías como Garrad Hassan, una de las principales consultorías independientes del país especializadas en energía eólica conectada ala red eléctrica nacional.
Con sus oficinas centrales en Bristol (Inglaterra), la compañia ha firmado acuerdos importantes en Japón, Corea y China. Recientemente, cerró unacuerdo can la china Zhejiang Windey Engineering Co; según el cual procurará servicios de formación y diseño de ingeniería para el desarrollo de su nueva turbina eólica de 1,5 megavatios.
También recientemente sa ha anuncaiado que un grupo de investigadores británicos colaborarán, por encargo del Gobierno, con sus homólogos indios en la elaboración de un estudio detallado sobre las posibles repercusiones del cambio climático en la India y participarán en un proyecto piloto de ámbito regional con objeto de identificar y desarrollar estrategias de adaptación.
El proyecto pretende mejorar el panorama indio ante el cambio climático hasta 2050 mediante diversas posibilidades de modelización. También estudiará las consecuencias del cambio climático en el ámbito nacional sobre los recursos hidráulicos, la agricultura y los bosques, explorando asimismo las posibles conexiones entre los distintos sectores.
Este proyecto sigue los pasos de otro gran estudio de las repercusiones del cambio climático en la India llevado a cabo con éxito por el Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales de Gran Bretaña (Defra, por sus siglas en inglés) y el Ministerio de Medio Ambiente y Bosques de la India, y que comprende los recursos hidráulicos, la agricultura, los bosques, la industria, el nivel del mar y la salud de la población.
Según las conlusiones a que llevó este estudio, es muy probable que la India se enfrente a consecuencias adversas en una variedad de sectores, como la agricultura, la salud, los bosques y la infraestructura. También es probable que las temperaturas aumenten en las próximas décadas, con la consiguiente reducción de las cosechas de trigo y arroz.
Durante la inaguración de la segunda fase del encuentro celebrado en Delhi por India-UK Partnership, el ministro de Medio Abiente de Gran Bretaña, David Miliband, declaraba: "El Reino Unido ha destinado hasta la fecha 40 millones de libras a la concienciación de los países en vías de desarrollo de las consecuencias que el cambio climático tendrá para ellos y a mejorar la integración de los riesgos climatológicos en sus planes de desarrollo".